Cuando concebimos Sin Palabras Reserva la idea rectora no fue hacer un vino más destinado a competir en otro segmento de precio. Simplemente quisimos hacer un vinos para nuestros clientes habituales pero que pudieran disfrutar en una ocasión especial, en esos momentos que salen de lo común y que deseamos que perduren de alguna forma. 

Es así que concebimos un vino bajo la misma filosofía madre: un vino fácil de tomar, elegante, amable, sin adornos, sin palabrerío; pero más complejo e importante que los que componen nuestra línea varietal .

Con todo esto en mente desarrollamos una innovación simpática y útil para nuestros consumidores. Muchas veces queremos que ese momento especial perdure en nosotros a través de algún recuerdo. Por ello hicimos una modificación en el corcho, que a la vez de ser una sorpresa inesperada que arranca una sonrisa, permite a quien disfruta del vino anotar cuándo fue bebido y en ocasión de que acontecimiento. En el corcho hay un espacio para poner la fecha y describir el momento, que podría ser tanto un casamiento, el ascenso en el trabajo o la primera vez entre dos jóvenes amantes. Todo está permitido, la idea es disfrutarlo y recordarlo.